Gorgias, el arte de la persuasión

Gorgias era un maestro de oratoria que utilizaba múltiples recursos para convencer con sus argumentos
Gorgias era un maestro de oratoria que utilizaba múltiples recursos para convencer con sus argumentos

 

Gorgias nació en Leontinos y fue enviado en 427 a.C. a Atenas. Allí ejerció una profunda influencia en su vida intelectual, como se comprueba en las obras de Tucídides o los Diálogos de Platón. Recibió la influencia de Empédocles. Como buen sofista, era un maestro de retórica, de la que escribió varios manuales.

Como se recoge en la Suda: “fue el primero que dio a la vertiente oratoria de la educación fuerza expresiva y una base teórica: hizo uso de tropos, metáforas, alegorías, hipálages, catacresis, hipérbaton anadiplosis, epanalepsis, apóstrofes, parisosis. Cobraba a cada discípulo cien minas. Vivió ciento nueve años y compuso muchas obras” (Suda, s.v. Gorgias).

El arte de la persuasión

En un diálogo platónico se atribuye a Protarco la siguiente afirmación: ”Pude oír decir…muchas veces a Gorgias que el arte de la persuasión difiere mucho de todas las artes. Porque todo queda sometido a la esclavitud que ella le impone, por medios voluntarios, no por violencia” (Platón, Filebo 58a).

De esta forma, Platón atribuye una gran poder -que denomina esclavitud- sobre las personas al arte de la persuasión, por medios voluntarios y no violentos. Es decir, las personas voluntariamente se convierten en esclavos de los demás gracias al uso de determinados argumentos persuasivos. Ante lo cual cabe dos estrategias:

La primera estrategia –ofensiva- es dominar el arte de la palabra para conseguir los objetivos propuestos. Desarrollar la capacidad para hacer un discurso atractivo, fiable y entusiasta. Hablar en el nivel racional y en el nivel emotivo, también con el lenguaje corporal, para convencer a los demás de la idoneidad de nuestras propuestas.

La segunda estrategia -defensiva- es detectar el uso de la persuasión en los demás y ser capaz de analizar separadamente el fondo y la forma del discurso. Estar especialmente atento al uso del lenguaje emotivo o de figuras retóricas. Analizar fríamente las alternativas de los diferentes cursos de acción posibles. No realizar ataques directos, pero tampoco adhesiones inquebrantables. Mantener siempre la independencia de criterio frente a usos retóricos persuasivos.

El poder del humor

En su obra Retórica, Aristóteles afirma que “Gorgias, en una recomendación acertada, afirmó que hay que destruir la gravedad de los adversarios con el humor y su humor con gravedad” (Aristóteles, Retórica, III, 18, 1419 b3).

Recordando el argumento de El nombre de la rosa de Umberto Eco donde el poder del humor jugaba un elemento clave, podríamos afirmar que el humor puede jugar el papel destacado para eliminar tensiones. Algunas teorías sostienen que decimos con humor lo que no nos atrevemos de decir en serio. Así el humor funcionaría como válvula de escape.

Pero la segunda parte de la afirmación es también digna de análisis: destruir el humor de los adversarios con gravedad. El sentido del humor es la capacidad de reírse de uno mismo y, a partir de allí, hacerlo de los demás. Sin embargo, existe un humor fácil que redunda en estereotipos sociales y fomenta estigmas, especialmente con los que pertenecen a las minorías. Ese humor de trazo grueso, refuerza los tabús, se le combate con educación, inteligencia y sentido común.

¿Nada existe?

Una de las afirmación más famosas de Gorgias es la siguiente: “en el libro intitulado Sobre lo que no es o sobre la naturaleza desarrolla tres argumentos sucesivos. El primero es que nada existe; el segundo, que aún en el caso de que algo exista, es inaprehensible para el hombre; y el tercero, que, aun cuando fuera aprehensible, no puede ser comunicado, ni explicado a otros” (Sexto Empírico, Contra los matemáticos, VII 65 ss).

Parece ser que estas tesis de Gorgias era un ataque a las visiones de Parménides. Aquí se unen la capacidad retórica, atribuida los sofistas, con el uso del sentido del humor. Aunque cada uno de estos argumentos va acompañado de una serie de razonamientos justificatorios, se podrían analizar como ejemplo de una fina ironía.

Cabe, no obstante, hacer una reflexión sobre Teoría y Práctica. Si se aceptan estas premisas de Gorgias se cae en el solipsismo, la creencia de que lo único que se puede estar seguro es que “solamente yo existo”.

La cuestión es que para fundamentar unos valores éticos es mejor partir de otras bases –intersubjetivas u objetivas-. O desde el punto de vista pragmático, la cooperación con los demás se conseguirá mejor si se tiene en cuenta el punto de vista de los Otros.

Una Teoría que aboca al solipsismo es una mala estrategia para la Práctica. Es preferible una Teoría basada en valores intersubjetivos, abierta al diálogo, a aprender de los demás y construir juntos un futuro mejor.

Protágoras, virtud como aprendizaje

El metro de Platino iridiado de París es el patrón de medida. El canon mítico para los seres humanos no debe aplicarse de la misma forma.
El metro de Platino iridiado de París es el patrón de medida. El canon mítico para los seres humanos no debe aplicarse de la misma forma.

 

Protágoras fue uno de los más conocidos sofistas. Fue un gran maestro de retórica. Según explica Guthrie, a sus alumnos les hacía alabar y censurar el mismo caso. Tenía como técnica “hacer del argumento más débil el más fuerte” lo cual significaba dominar agudamente el arte de la palabra.

Escribió, entre otros, dos libros denominados Antilogías o argumentos contrarios deben haber sido manuales de retórica. Esta técnica de dar argumentos a favor y en contra de una tesis es un buen ejercicio intelectual y especialmente recomendable para abogados, políticos, filósofos,.. Con este ejercicio se puede aprender desde el punto de vista del otro y preparar un adecuada respuesta. Lo que técnicamente se llama anticipación. Es decir, tener previstos los diferentes argumentos o cursos de acción previamente a que se produzcan. La improvisación no suele ser buena consejera y es de su imprevisibilidad puede beneficiarse quien no debe.

A continuación se analizará algunas ideas de Protágoras desde la perspectiva de Estrategia Minera Blog.

El hombre es la medida

La frase más famosa que se atribuye a Protágoras dice: “el hombre es el medida de todas las cosas, de las que son en tanto que son y de las que no son en tanto que no son.” Esto se suele interpretar como la perspectiva que defiende el valor de las opiniones de cada individuo.

Esta visión es una cierta forma de relativismo, como cuando Protágoras afirma: “algunas opiniones son mejores que otras, aunque ninguna es más verdadera” (Platón, Teeto 167b). Lo cual plantea algunas cuestiones en el ámbito teórico –en metafísica o epistemología- y en el ámbito práctico de la toma de decisiones.

‘Medida’ en griego se traducía por metron y eso me recuerda la explicación que se hacía sobre la medida de distancia ‘metro’ que tenía un patrón de platino e iridio que se guardaba en la Oficina de Pesos y Medidas de París. El patrón marcaba lo que era 1 metro. Pues bien como los seres humanos, en ocasiones, se marca también un canon mítico de los que es ser humano y marca el patrón. Habitualmente, en nuestro contexto, se alude como canon mítico al hombre blanco, propietario, heterosexual, diestro, capacitado, católico. Lo que se separe de este canon, desde visiones tradicionales, levanta recelos e, incluso, críticas. De ahí que la frase de Protágoras de que el hombre es la medida de todas las cosas, tiene su justificación.

La medida de los seres humanos no viene del canon mítico, pese a las inercias, sino más bien de la diversidad humana, que es inescapable y enriquecedora. Los seres humanos, diversos, somos la medida de las cosas. En esto se puede ver una noción humanista y potenciadora de las energías positivas que cada cual, desde su especificidad, puede aportar al conjunto.

La opinión y la verdad

En un diálogo platónico, Sócrates se pregunta: “Y bien, Protágoras, ¿qué haremos con este argumento? ¿Vamos a decir que las opiniones de los hombres son siempre verdaderas, o unas veces verdaderas y otras falsas? De una y otra posibilidad se sigue, en efecto, que sus opiniones no son siempre verdaderas, sino de las dos clases. Piensa, pues Teodoro, si alguno de los seguidores de Protágoras, o tú mismo, querría empeñarse en afirmar que no hay quien considere que otras personas son ignorantes o tienen opiniones falsas.” Platón, Teeto, 170c.

Este relativismo que se atribuye a Protagóras también está recogido por Aristóteles que le atribuye las siguientes máximas: “todas las proposiciones contradictorias sobre la misma cosa son simultáneamente verdaderas”, “es posible afirmar o negar una misma cosa en cada cuestión” Aristóteles, Metafísica, 1007b18.

Desde el nivel teórico, se podría decir que Protágoras se sitúa contra algunas leyes de la lógica aristotélica como el principio de no contradicción -algo no puede ser verdadero y falso al mismo tiempo- y el principio del tercero excluido -o algo es verdadero o falso, no hay una tercera posibilidad-. Sin embargo, aun admitiendo que existe la noción de verdad, lo cual supondría que existen opiniones falsas. Se puede afirmar que se puede aprender de estos otros puntos de vista. Como la encendida defensa de la libertad de expresión que realiza Stuart Mill en Sobre la libertad. Existe un relevante coste social en censurar ideas, aunque éstas estén equivocadas.

Desde el punto de vista práctico, defender la propias ideas debería ser un ejercicio posterior al haber internalizado el punto de vista del otro. Las perspectivas humanas suelen aportar un fondo de conocimiento que puede enriquece el propio discurso y puede ser decisivo en el plan de acción. Las perspectivas humanas difieren, los discursos y las palabras pueden ir en diversas direcciones, pero lo realmente digno de análisis son las acciones.

La virtud como aprendizaje

En otro diálogo platónico, Sócrates habla con Protágoras con estas palabras: “de esta forma que, según este razonar, también los atenienses son de los que creen que la virtud es algo que puede adquirirse y aprenderse. Es natural, pues, tus conciudadanos admitan que un herrero y un zapatero den consejos sobre asuntos políticos.” Platón, Protágoras, 324c.

Protágoras, y los sofistas en general, consideraban que la virtud se podía aprender. Sócrates también lo creía, aunque tenía diferencias sobre la educación con los sofistas. De hecho, el trabajo sofista consistía en educar a los ciudadanos en las virtudes de la oratoria y también en las virtudes cívicas. Las virtudes son hábitos y disposiciones de carácter que se asocian a modelos de excelencia humana. Uno se convierte en virtuoso, actuando virtuosamente.

Desde Estrategia Minerva Blog, defendemos un enfoque de ética de las virtudes para mejorar la toma de decisiones. He hablado de la idea de virtud cosmopolita donde una identidad se legitima en el cómo se incluye a la alteridad. Cómo aprender de los diferentes, sin renunciar a los valores pero mejorando con un enfoque inclusivo. La virtud se aprende y una buena escuela son las interacciones con los Otros.

Sofistas, educadores para el éxito

Los sofistas eran maestros de retórica, capaces de dar argumentos en favor de casi cualquier punto de vista
Los sofistas eran maestros de retórica, capaces de dar argumentos en favor de casi cualquier punto de vista

 

En la Grecia clásica, el término sophos aludía a los sabios y de allí evolucionó a la palabra sophistes, que, en principio, eran sinónimas, pero más adelante la segunda tuvo una connotación negativa. De ahí surge la palabra sofisma, que según la Real academia, significa “razón o argumento aparente con que se quiere defender o persuadir lo que es falso.” Los sofistas suelen tener mala fama porque son el objeto preferido de crítica en los diálogos platónicos. Sin embargo, se pueden considerar aspectos positivos en los sofistas, que algunos consideran que fueron los primeros humanistas.

Existe un libro precioso que explica el origen de la educación en la Grecia clásica. Se llama Paideia y lo escribió Jaeger. En esta obra se va contra la imagen tópica de los sofistas, es más, se les otorga un importante papel. En concreto, en el origen de la educación en el sentido estricto de la palabra: la paideia. En el siglo V a. C. se da un movimiento educador donde tiene origen la idea occidental de cultura. Como afirma Guthrie, probablemente se suponía que un sophistés debería ser un maestro educador.

A continuación, se destacarán algunas características de los sofistas, con comentarios en la línea de Estrategia Minerva Blog.

Profesionalismo

Filosofía y democracia tuvieron el mismo contexto de descubrimiento, la polis de Atenas. La democracia requería de ciudadanos activos que debatieran sus ideas en el Agora. Para hablar en público era necesaria una educación que los sofistas fueron los primeros en dar. Los sofistas eran los educadores de los ciudadanos para la democracia. Jaeger precisa que eran los educadores de los nobles y caudillos.

Una de las características que en aquel tiempo eran objeto de crítica era el hecho que los sofistas recibieran dinero a cambio de sus clases. Su característica era el profesionalismo frente al amor por el saber de Sócrates y su enfoque filosófico. Actualmente el profesionalismo es algo a reivindicar, también en el sentido de que en todas las disciplinas existen buenos y malos profesionales y se han de destacar las cualidades y virtudes de lo que supone ser un buen profesional, en eso consiste la ética de las profesiones.

Técnica retórica

Los sofistas educaban en la areté política, que se componía de actitud intelectual y oratoria. Eran expertos en el uso de técnicas de retórica y elocuencia que, a veces, utilizaban en exhibiciones públicas de oratoria y en las que enseñaban a sus discípulos.

Una de las técnicas que utilizaban se denominaba erística que consistía en una serie de habilidades y técnicas dialécticas que tenían como objetivo vencer al adversario en un debate. La erística era necesaria en el debate de los asuntos públicos en la polis de Atenas donde regía un sistema democrático, que se basaba en la igualdad y la participación de sus ciudadanos. Guardando algunas distancias, se podría decir que los sofistas educaban a los ciudadanos para conseguir el éxito de sus propuestas.

Como sostiene Gorgias, “la palabra es un poderoso soberano” y la democracia, en ocasiones, se define como el gobierno del mejor argumento. En este contexto, un sofista podría definirse como “un maestro en el arte de hacer pronunciar agudos discursos.” Platón, Protágoras, 312d.

Con el poder de persuasión de las palabras, después de que alguien era entrenado, se conseguía convencer a pequeños y grandes auditorios. De ahí que Peitho, la persuasión, era una diosa poderosa como “el ser encantador a quien nada se niega”. Los sofistas eran expertos en el arte de hablar, arte de los lógoi. El sofista cuando enseña la areté –excelencia- política, denomina a su profesión techné –técnica- política.

Los sofistas son los primeros coach, eran entrenadores y preparadores en el arte de la retórica y la elocuencia. También eran los primeros spin doctors o asesores políticos donde desarrollarían una determinada visión del poder y consejos para conservarlo. Lo relevante es que la educación en la democracia comporta el dominio de una serie de técnicas ya que hablar en público requería una determinada formación. El éxito requiere dominar una serie de técnicas.

Relativismo

La mala fama de los sofistas viene de aquellos que les acusan de ser capaces de defender algo y su contrario, sin demasiados problemas. O, en otras palabras, los sofistas serían el origen de los sofismas, que sería un razonamiento falso o que se basa en falsedades. Sin embargo, para otras visiones, los sofistas son los primeros humanistas.

Como sostiene Jaeger, las más modernas historias de la Filosofía consideran que los sofistas fueron fundadores del subjetivismo y relativismo filosófico. Esto significa que el supuesto epistemológico que todos compartían era que: “el conocimiento no podía sino ser relativo para el sujeto perceptor.”

Un ejemplo de este relativismo lo ofrece Gorgias cuando afirma que no había que reprochar nada al retórico si sus alumnos empleaban su habilidad para fines torcidos, como tampoco se puede reprochar a un instructor de boxeo si su alumno va y derriba a su padre. Esto está vinculado a la ética de las profesiones, a la adecuación ética de medios y fines.

Se podría decir que los sofistas afirmaban un escepticismo crítico que contrasta con su defensa de la democracia o la igual dignidad humana, en la no se distingue al más aristocratizante Platón, su fervoroso crítico.

Quizá se podría decir que los sofistas afrontan el tema del poder como un antecedente del pragmatismo maquiavélico. Ambos enfoques buscan el éxito y aconsejan cómo conseguirlo de forma realista, a veces cínica, a veces sagaz.

Parménides, la vía de la Verdad

La Vía de la Verdad para Parménides se opone a la Vía de la opinión.
La Vía de la Verdad para Parménides se opone a la Vía de la opinión.

 

Otro filósofo de la Antigüedad, con cierto carácter profético, fue Parménides. Curiosamente sus ideas se enfrentan al enfoque anterior de Heráclito y los pitagóricos. Algunos sostienen que Parménides fue el primer metafísico, al dar un giro a las preocupaciones filosóficas de sus contemporáneos y por primera vez se ocupó del tema del Ser.

La oposición entre Heráclito y Parménides es un clásico entre controversia de dos visiones filosóficas enfrentadas. En palabras de Conford,  “Heráclito es el profeta de un Logos que podría expresarse exclusivamente en contradicciones aparentes; Parménides es el profeta de una lógica que no tolerará apariencia de contradicción”. Si el tema central de Heráclito era el cambio, en Parménides el tema es una noción de verdad contra las opiniones y la contradicción.

A continuación se analizarán algunos fragmentos atribuidos a Parménides con unos comentarios con relevancia para Estrategia Minerva.

“La cuestión de la apariencia y la semejanza sin ser, y de la existencia de las cosas de las que se habla pero no son verdaderas, todo esto sigue están lleno de contradicción, exactamente igual que lo han estado siempre en el pasado. Constituye una dificultad insalvable ver en que términos puede uno decir o pensar que las “falsedades” (palabras falsas y falsos juicios) poseen una existencia real, sin ser cogido en contradicción nada más abrir la boca” (Platón, Sofista, 236)

Algunos atribuyen a Parménides algunos principios básicos para la lógica, que luego expondrá Aristóteles. La noción básica es en principio de no-contradicción. No puede ser, a la vez, verdaderas la afirmación y negación de un mismo predicado. A y –A no pueden ser simultáneamente verdad. Este principio ha sido unode los pilares del racionalismo en el pensamiento occidental.

De esta forma, es falso todo argumento que incluya una contradicción. El papel de las paradojas en el enfoque filosófico es muy relevante. Los sofistas tenían como objetivo, educar a través de la retórica, para que los ciudadanos convencieran con sus propuestas en el Ágora. Una de las herramientas retóricas era llegar a una paradoja –una situación absurda, contradictoria o contra la opinión común- en el razonamiento del adversario. Un método parecido utilizaba Sócrates, con la mayéutica, donde conseguía que de la otra persona nacieran las ideas gracias a llegar a una contradicción en su argumentación.

La fertilidad filosófica de las paradojas no ha de hacer perder de vista, desde la perspectiva de Parménides, que es relevante que para llegar a la verdad se debe afirmar el principio de no contradicción. Precisamente la mala fama que se les atribuye a los sofistas se basaba en que eran capaces de defender una idea y su contraria con increíble facilidad. Desde Estrategia Minerva Blog, cabe considerar que los problemas reales no suelen presentarse como un contraste de blancos y negros, sino más bien una gama de grises. Pero en este contexto cobra especial relevancia afirmar el principio de no contradicción. Porque en muchas ocasiones la simple consideración de que es imposible afirmar una propiedad y su contraria es una muestra de claridad y honradez.

“En mi opinión, debemos hacer la siguiente distinción : ¿qué es lo que siempre es y no tiene devenir, y qué, por otra parte, es lo que deviene sin cesar y nunca es? Lo primero es lo único comprensible unido al raciocinio (porque permanece siempre), lo segundo está conjeturado por la opinión acompañada por la sensación irracional, que nace y perece, sin jamás ser verdaderamente.” (Platón, Timeo, 27d) .

Este fragmento que se atribuye a Parménides es muy característico de su pensamiento. Existe una Vía de la Verdad –que conecta con la Razón, con la noción de Ser- y la Vía de la Opinión –que enlaza con los sentidos, que es futil y falsa-. Esta oposición es su forma de oponerse al empirismo de Heráclito y se podría considerar como un posible inicio de la controversia racionalismo/empirismo.

La posibilidad de conocer verdaderamente se conecta con la racionalidad y éste conecta con el Ser, que es inmóvil y eterno. Parménides afirma “todo es uno e inmutable”. Frente a esto, las apariencias de los sentidos, llevan a un camino que realmente no es, en un sentido profundo y fecundo.

Estas consideraciones metafísicas de la Filosofía clásica puedenhacer reflexionar sobre las vías de conocimiento en las sociedades del siglo XXI. La relevancia de los medios de comunicación, su búsqueda incesante de la actualidad, sus dinámicas y mecanismos y su enorme poder de influencia. Alguien podría verlos como la Vía de la Opinión de Parménides.

Recuperando a Italo Calvino y su ensayo ¿Por qué leer a los clásicos?, recordamos cuando afirma que “es clásico lo que persiste como ruido de fondo incluso allí donde la actualidad más incompatible se impone.” Cada uno ha de encontrar su Vía a la Verdad, al Ser, a la Racionalidad. Éstos quizá están más cerca de las obras clásicas que de una insaciable sed de titulares.

“Lo que puede decirse y pensarse debe ser, puede ser, pero la nada no es. Esto es lo que te ordeno que consideres, pues ésta es la primera vía de investigación de la que intento apartarte y después de aquella por la que los hombres ignorantes vagan, dicéfalos; pues la incapacidad guía en su pecho el pensamiento errante; son arrastrados, sordos y ciegos a la vez, estupefactos, gentes sin juicio, que creen que ser y no ser son lo mismo y no lo mismo; el camino que todos ellos siguen es regresivo.” Fr. 6 Simplicio, In Phys, 86, 27-28 (4-13)

La frase que se atribuye a Parménides es “lo que es, es y lo que no es, no es.” La vía de la Verdad lleva al Ser y la Vía de la Opinión comporta desorientación y regresión. La visión parmediana es una crítica contra el relativismo del todo vale, donde dominan las contradicciones.

El panorama que se refleja en estas palabras pone de manifiesto, una vez más, la relevancia de la educación. Para poder tomar las mejores decisiones es relevante estar preparado adecuadamente. Las oportunidades pueden darse si se sigue un camino hacia el conocimiento, no hacia la apariencia. Es la vía a la Verdad de Parménides.

Heráclito, aprender del cambio

Según Heráclito, la vida es como en río, que fluye, donde no se repiten dos veces la misma situación.
Según Heráclito, la vida es como en río, que fluye, donde no se repite dos veces la misma situación.

 

No todos los filósofos de la Antigüedad, tenían buena fama. Heráclito era conocido como “el Enigmático” o “el Oscuro”. Diógenes Laercio dice de él que “no expresa nada con claridad”. Se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza.

En sus escritos se vislumbra un carácter profético, como si fuera una especie de oráculo. Kirk, Raven, Schofield explican que Platón le menciona, en ocasiones, en un tono humorístico e irónico e insiste, sobre todo, en una de sus opiniones “todas las cosas fluyen” que se le atribuye libremente en sus diálogos.

Analizaré a continuación algunas ideas de Heráclito y añadiré algunos comentarios sobre los temas de Estrategia Minerva Blog.

-Conócete a ti mismo

Según cuentan, una inscripción en el templo de Apolo de Delfos decía “Conócete a ti mismo”. Heráclito admiraba esta visión. Es un principio importante conocer las propias habilidades, energías, los puntos fuertes y los puntos débiles. Es necesaria una cierta introspección en la individualidad para saber qué posibilidades se tienen ante determinada situación. Pero la propia vida de Heráclito nos muestra los límites de esta introspección.

En efecto, Heráclito es acusado de misantropía como muestra en esta frase donde afirma “no fue discípulo de nadie -escribe Diógenes (IX, 5)-, sino que dijo que se había investigado a sí mismo y que todo lo había aprendido de sí mismo.” Estamos en una red de conocimiento, nadie puede pretender ser su única fuente de saber. No somos islas remotas. Aprendemos de los demás y siempre habrá alguien más sabio que uno, del que poder aprender.

Precisamente el ámbito de la negociación y de la estrategia surge porque existe un interés en que los demás se comporten de determinada manera y los demás también quieren algo de nosotros. Dicho de otra forma, la mayoría de relaciones entre los seres humanos son en escenarios cooperación y conflicto. Dos características de los individuos favorecen la cooperación como son: que somos mutuamente vulnerables y tenemos un altruismo limitado.

Con la base en esta mentalidad cerrilmente individualista, Heráclito “llegó a hacerse sumamente altanero y desdeñoso (…) Acabó por convertirse en misántropo; se retiró del mundo y vivió en los montes, alimentándose de hierbas y plantas. Convertido por esta causa en un hidrópico, bajó a la ciudad y en enigmas le preguntaba los médicos si ellos serían capaces de convertir en seco el tiempo lluvioso” (Diógenes Laercio, IX I).

La armonía es siempre el producto de los contrarios, por ello, el hecho básico del mundo natural es la lucha

El primer concepto clave en Heráclito es el de logos. Como afirma Guthrie, “Heráclito creyó primero y ante todo en un Logos.” Este afirma que “todo acontece de acuerdo con el Logos” y “el Logos ordena todas las cosas”. Según esta visión, una sola cosa es la sabiduría: conocer con juicio verdadero cómo todas las cosas son gobernadas a través de todas las cosas (Fr. 41 Diogénes Laercio, IX 1).

Para explicar como Heráclito concebía el logos, es importante la noción de lucha de contrarios. De esta forma, “la paz y la guerra no se suceden entre sí por turno: en el mundo existen siempre la paz y la guerra. El cese de la contienda significaría la desintegración del cosmos.”

Esta visión está conectada con la filosofía de Anaximandro y con algunas manifestaciones de filosofía oriental, como el taoísmo. Que la armonía se basa en la lucha de contrarios tiene implicaciones metafísicas, morales o jurídicas.

La clave está que la vida moral es lucha, en una visión del pluralismo agonista. La armonía es un equilibrio de contrarios. Un fondo de verdad asiste a cada parte que solo llega al equilibrio con la verdad de su contrario. Esto significa que el mundo moral es complejo, plural, cambiante…

Heráclito añade dos frases interesantes para pensar: “una armonía invisible es más intensa que otra visible” “la auténtica naturaleza de las cosas suele estar oculta”

-Todo está en continúo movimiento y cambio

Quizá la idea más famosa de Heráclito es que “todas las cosas fluyen”. Platón afirma que “Heráclito dice en alguna parte que todas las cosas se mueven y nada está quieto y comparando las cosas existentes con la corriente de un río dice que no te podrías sumergir dos veces en el mismo río” (Platón, Cratilo, 402 A).

La interpretación habitual es algo así como que todo pasa. De ahí la relevancia de las segundas oportunidades. La vida fluye en un río y no volverán a repetirse determinadas circunstancias. Por eso cada situación requiere de un enfoque adecuado a partir de la experiencia del pasado.

Según Brice Parain en su Historia de la Filosofía “la fórmula quería decir otra cosa; reuniría en una sola imagen a los contrarios: lo Mismo y lo Otro.” El río fluye pero es distinta la perspectiva del navegante y del observador externo. Quien vive unas circunstancias particulares tiene una perspectiva que difiere de quién vive desde fuera esas circunstancias. Por eso es tan relevante la comunicación humana y la posibilidad de influir en los demás.

Según Aristóteles, “las teorías de Heráclito de que todas las cosas sensibles están en un continuo fluir” (Aris, Meta, 987 a 32). Algunos han querido ver en esta visión de Heráclito un alabanza del relativismo. Cabe pensar que del cambio se puede aprender, de la experiencia, de los buenos consejos de los demás. La clave es que cada uno, al fin, encuentre su armonía, su conexión con el logos.


	

Pitágoras, armonía musical de los números

Los pitagóricos creían en el cosmos como armonía musical de números
Los pitagóricos creían en el cosmos como armonía musical de números

 

Quizá uno de los filósofos más famosos de la Antigüedad, especialmente por sus descubrimientos matemáticos, es Pitágoras. Nació el 570 a. C. y murió con 75 u ochenta años. Desarrolló una gran curiosidad y supuso avances en diversos campos del conocimiento.

Existe un cambio respecto a los filósofos anteriores. Como explica Guthrie en el enfoque pitagórico se da la “búsqueda de un modo de vida mediante el cual pueda establecerse la relación correcta entre el filósofo y el mundo.” Por tanto, la filosofía no es meramente especulativa, sino que tiene consecuencias prácticas en la forma de vivir.

Esta conexión entre Teoría y Práctica pudo llevarse a cabo en tiempos de Pitágoras ya que a su alrededor se fundó una comunidad de seguidores. Guthrie sostiene que Pitágoras fue un maestro religioso y político, más que un filósofo, y fundó una comunidad organizada de hombres empeñada en mantener su doctrina de un modo práctico. Esta comunidad se caracterizaba por tres rasgos:

a) En una sociedad que es más bien una secta religiosa que una escuela filosófica, el nombre del fundador se guarda en especial con una veneración particular; b) En toda escuela religiosa se da una tendencia particularmente fuerte a atribuir al fundador todas las doctrinas de la escuela; c) El silencio y guardar secreto era característica prominentes de su comportamiento.

La sectas religiosas del s. V a. C. quizá no guarden relación con los grupos humanos del siglo XXI o quizá sí. Se podría analizar si la veneración de un líder, la prevalencia comunitaria –frente al individuo- y el secretismo no están tan alejados de algunas formas de actuar en la actualidad.

A continuación se explicarán dos temas relacionados con las visiones pitagóricas:

Se aprende de lo semejante

Se atribuye a Pitágoras y su escuela el siguiente lema: “Lo semejante se conoce mediante lo semejante.” Este es un principio en el ámbito educativo. Como afirma A. E. Taylor, “el principio fundamental de esta “educación primitiva”, según la cual el alma crece inevitablemente de la misma manera y adquiere el carácter de lo que contempla, es evidentemente pitagórico.”

Este es un tema clásico y de actualidad, la educación del carácter que componen las virtudes. Estas son hábitos y disposiciones morales, que moldean el carácter de los individuos, que están vinculadas con modelos de excelencia humana. Uno se convierte en virtuoso, actuando virtuosamente. Lo que afirman los pitagóricos aquí es que el carácter también se educa con la contemplación de otros caracteres. Un indudable poder educativo de un buen ejemplo.

El cosmos como armonía musical de números

Se podría considerar que los pitagóricos eran una secta religiosa, donde se dieron una serie de descubrimientos matemáticos, llegando a un cierto “misticismo del numero”. Sin embargo, se buscaba una base científica y racional para el conocimiento.

Es una de las primeras manifestaciones donde Filosofía reconvierte realmente en un modo de vida, una concepción de la vida y el mundo que, en los términos de la época, suponían una forma de salvación eterna. Lo que es relevante es que, por primera vez, se da una conexión intrínseca entre al ámbito del conocimiento –Teoría- y el ámbito a la acción –Práctica-.

Aproximarse a la Escuela pitagórica y la figura de Pitágoras tiene la dificultad ya vista del secretismo que rodeaba sus actividades y la mitificación de su figura. Quizá la aportación más importante del legado pitagórico sea una particular visión sobre los número, la proporción y la armonía. Según esta cosmovisión, todo es número y éstos guardan una determinada proporción entre sí, que es la armonía. Esta visión se aplica a las notas y proporciones musicales y también a las medidas celestes.

Les atribuye Aristóteles que “las cosas en sí son números”, o que ellas “imitan” o “representan” números, o que “supusieron que los elementos de los números era los elementos de todas las cosas, y que la totalidad del cielo era harmonía y número” Aristóteles, Metafísica, 987, b 28; 986 a 1

El mundo está compuesto por números, que son los elementos base, y estos tienen una serie de proporciones. La armonía es el acoplamiento o adecuación entre sí de cosas, lo cual tiene un significado musical y un significado cósmico, con la armonía de las esferas.

Según Platón, los pitagóricos “buscan la relación numérica de los acordes audibles” Platón, República, 531 a. Y Aristóteles sostiene que “su razón consistía en que las propiedades numéricas son inherentes a la escala musical, a los cielos y a muchas otras cosas” Aristóteles, Metafísica, 987 b 28

Concluye Guthrie para los pitagóricos todo era una encarnación del número. Incluían aquí lo que nosotros llamaríamos abstracciones como justicia, mezcla, oportunidad. Como se puede intuir, la Teoría de la Ideas de Platón tiene un antecedente en las ideas de Pitágoras.

La idea de que el mundo está en armonía de unas partículas básicas, que guardan una proporción particular ha tenido gran influencia. Pero cabe plantearse qué visión tiene mayor poder explicativo: ¿la del mundo en armonía o la de la lucha de contrarios? La visión pitagórica afirmaba el mundo que guardaba proporciones armónicas semejantes a la música. Sin embargo, otras visiones ven el mundo como una oposición de contrarios, que están en lucha.

¿Son los problemas morales un tema de conocimiento –llegar a la proporción adecuada entre conceptos- o un tema de decisión –elegir entre los cuernos de un dilema trágico-? Estas dos visiones dependen de la Teoría de las Ideas que se manejen y de la forma que los seres humanos tienen de llegar a estas ideas, es decir, el conocimiento moral o epistemología.

Si las ideas son como pensaban los pitagóricos, la clave reside en conocer las proporciones que tienen las ideas, en llegar al número correcto. Esto puede ser cierto para las matemáticas, pero nuestro mundo moral es más complejo, rico y plural y, con permiso de los utilitaristas, no se puede calcular la solución de todos problemas éticos de los seres humanos.

Por otro lado, siempre será atractivo, e ilusionante, pensar que los secretos del Universo se descifran en clave de sol y se parecen a las variaciones Golberg de Bach.

Filósofo corporativo

La Filosofía puede tener un papel en entornos empresariales y de organizaciones
La Filosofía puede tener un papel en entornos empresariales y de organizaciones

 

El enfoque de Lou Marinoff está plasmado en varios libros tienen un carácter divulgativo, singularmente el popularmente conocido Más Platón menos Prozac. Es interesante porque este filósofo dedica un libro dirigido los profesionales que quieran seguir su método donde da las claves más relevantes de su visión y diferentes técnicas. Se trata de la obra Philosophical Practice donde solo existe en versión inglesa. En ese libro se tratan diversos elementos tales cómo hacer asesoramiento filosófico individualmente o para grupos. Una de la partes de libro más interesantes es la dedicada a explicar por qué un filósofo puede ser útil a las empresas y a las organizaciones.

El empeño principal de Marinoff es concebir que la Filosofía es algo útil, necesario y orientado a la práctica. En esta línea, propone una serie de cuestiones donde la Filosofía tiene su lugar en el mundo de las corporaciones. Esto, además, está vinculado con un tema de moda como es el de la Responsabilidad Social de las Empresas o la intersección entre ética y negocios.

La visión que se desarrolla en Philosophical Practice sobre este tema están incluida en un capítulo titulado Corporate Philosopher. Una de las funciones del filósofo en el mundo de las Organizaciones y las Empresas se vincula con los valores y los objetivos. De esta forma, Marinoff afirma que toda organización tiene una misión, un propósito. Mientras que la aserción desnuda de que el objetivo de una empresa es maximizar el beneficio es tautológica y empobrecedora. El objetivo o misión de las empresas no se completan en hacer dinero, sino cuando contribuyen a la seguridad, prosperidad, oportunidad e integridad de sus empleados, sus clientes y sus comunidades.

En este blog, se ha dedicado un post al Modelo ético virtuoso. Es interesante porque Marinoff asocia la función del asesoramiento filosófico con los comportamientos virtuosos de los individuos y las organizaciones. Desde esta visión, este autor afirma que “desde mi perspectiva, la premisa particular sobre la que descansa el asesoramiento filosófico reposa una simple noción en la que se basa cualquier sociedad civilizada: los individuos virtuosos son más deseables y más funcionales que los viciosos como miembros de la comunidad. De forma similar, la organizaciones más virtuosas son más deseables y más funcionales que las viciosas como miembros de la sociedad”.

La apuesta de Marinoff es aportar elementos de método donde el enfoque filosófico pueda ser relevante en la gestión del conflicto en ámbitos profesionales. Realiza una serie de reflexiones sobre fondo y forma a transcendencia filosófica. Desde esta perspectiva, Marinoff afirma que “la sustancia filosófica es infinitamente diversificable, aplicable de forma ubicua, y completamente inagotable. Ya sea lo que interesa a los empleados y su organizaciones, esto puede ser examinado y reevaluado filosóficamente.” Una de las características de la Filosofía es la capacidad de análisis y la de aprender a través de buenas preguntas.

A continuación, se analizarán diversas técnicas del Filósofo corporativo: a) Discurso motivacional; b) Creación de códigos éticos; c) Auto-defensa moral; d) Entrenamiento en dilemas.

Discurso motivacional:

Una de las funciones de la Filosofía en las Organizaciones es como forma de potenciar la motivación, especialmente a través de discursos en eventos señalados o pequeños Workshops. De esta forma, los Filósofos corporativos cumplirían un rol como una especie de entrenadores de atletismo, donde se aunarían una figura paternal, en parte líder, en parte confesor, en parte filósofo, en parte psicólogo, en parte innovador y completamente un motivador para conseguir los objetivos propuestos.

El Filósofo corporativo sería un experto en asesoramiento motivacional. Esto está bastante de moda y se conoce como coaching. Lo que distingue al Filósofo son las herramientas y el background que utiliza. Un ejemplo sería ser orador motivacional en un evento corporativo, motivando, persuadiendo con razones sólidas, infundiendo entusiasmo contagioso, galvanizando con energía retorica, utilizando un carisma fuerte.

Creación de Códigos éticos:

Otro ámbito donde los Filósofos tiene un papel destacado en el mundo empresarial y de las organización es la Deontología profesional y la plasmación de sus valores en Códigos éticos. A este respecto, Marinoff sostiene que “mientras cualquier persona inteligente puede formar un código de ética, no cada persona inteligente puede implementarlo en un lugar de trabajo.”

Lo que pone en cuestión es la distancia que, a veces, se produce entre la teoría y la práctica de la ética profesional y precisamente lo que defiende es que la práctica desde ser un ejercicio de prudencia. De esta forma, Marinoff, sostiene que “el arte de la efectiva implementación en sí misma descansa en una metodología confiable – que en este contexto es una manifestación de la phronesis– que es precisamente que los filósofos prácticos pueden ofrecer.” Otro elemento relevante donde los filósofos tienen un papel es el cumplimiento ético donde a través de Comités de Ética o similares se establece algún tipo de sanción al incumplimiento de las normas deontológicas.

Auto-defensa moral:

En los puestos de trabajo conviven personas de diferencias en sexo, religión o convicciones, origen racial o étnico, capacidad-discapacidad, orientación sexual…

En ocasiones, se dan conflictos laborales debidos a estas características y una función de los filósofos es facilitar la gestión de estos conflictos. Una forma es impartir seminarios para sensibilizar en determinadas problemáticas. Habitualmente lo políticamente correcto es sensibilizarse por estas cuestiones. Sin embargo, el enfoque de Marinoff es precisamente que, ante estas cuestiones, se debe ser insensible como una mejor solución al conflicto.

Entrenamiento en dilemas:

La técnica de los dilemas sirve para plantear cuestiones donde se dan situaciones con intereses contrapuestos. Marinoff habla de conflictos entre moralidad privada y ética profesional, entre honestidad o complicidad con delitos de cuello blanco o situaciones donde se trata de hacer el trabajo de forma íntegra frente a otras posibilidades.

Por ultimo, el filósofo corporativo tiene un gran papel en el fomento y desarrollo del liderazgo y la buena gobernanza. Se trata de desarrollar una cultura de valores positivos que potencien a personas con iniciativa y visión de futuro

Construyendo tu casa filosófica

La Filosofia puede ser útil en las grandes cuestiones de la vida
La Filosofia puede ser útil en las grandes cuestiones de la vida

 

Después de Más Platón y menos Prozac, Lou Marinoff escribió una obra que en la versión española se llamó Pregúntale a Platón y en la versión inglesa Big questions. How Philosophy can change your life. Allí el filósofo estadounidense desarrolla su enfoque sobre diversos temas polémicos de una forma iconoclasta y, en ocasiones, crítica con lo políticamente correcto. Así nos habla sobre razón o pasión, sufrimiento, amor, guerra de sexos, tecnología, espiritualidad, cambios… Realiza planteamientos originales y apela a diversas filosofías vitales. En el inicio de la obra, Marinoff expone ocho formas que la filosofía puede cambiar tu vida. Estas serían: Curando, Floreciendo, Consiguiendo, Despertando, Administrando, Purificando, Siendo.

Uno de los capítulos más interesantes del libro es en el que expone el Método MEANS, que es el acrónimo en inglés de Momentos de verdad, Expectativas, Apegos, Emociones negativas y Elecciones sagaces. Este método busca construir una casa filosófica donde llevar a cabo los planes de vida. Como afirma Marinoff, no es el proyecto de un día, construir la casa supone mucho tiempo y esfuerzo. A continuación se analizarán los elementos del Método MEANS.

Momentos de verdad:

El primer elemento son situaciones difíciles que nos llenan de preguntas y donde la salida no es sencilla. Como afirma Marinoff, todos experimentamos momentos de verdad en nuestras vidas: esto es, tiempos donde somos severamente puestos a prueba por las circunstancias. Se trata de situaciones como accidentes, daños, enfermedades, la pérdida de un ser querido, la ruptura de un matrimonio o un repentino cambio de carrera. O cualquier situación catárquica similar que no tiene una solución inmediata y de la que no hay refugio aparente.

Desde este perspectiva, Marinoff sostiene que éstas son las mayores oportunidades de para hacer grandes avances en crecimiento personal. Estos momentos son incluso más significativos por la verdad que revelan que por el sufrimiento que comportan. Cuando las cosas van mal la gente de repente esta llena de preguntas sobre sus circunstancias. Nadie cuestiona los buenos tiempos, en los malos tiempos de repente todo el mundo es filósofo. De esta forma, Marinoff afirma que como los malos tiempos son inevitables. Es mejor si tienes una filosofía de vida preparada y a la espera.

Expectativas:

En el enfoque de Marinoff se centra en las fuentes de malestar y una de las mayores de estas fuentes son las expectativas. De esta forma, el autor afirma que todos tenemos expectativas. Sobre uno, sobre los demás, sobre las cosas en particular o el mundo en general. Cuanta más expectativas tengas, más interferirán en una filosofía de vida constructiva.

De hecho, se podría decir que gran parte de lo que compone la felicidad o infelicidad se basa en las expectativas anteriores. En este contexto, Marinoff se pregunta “si tus expectativas era irreales, ¿por qué mantenerlas? Si eran realistas, ¿por qué no cumplirlas?”. El mejor consejo es tener unas expectativas que prevean el peor escenario posible, pero también estar preparado para gestionar si se cumplen las mejores expectativas.

Apegos:

El siguiente punto de atención de Marinoff son los apegos –attachments-. De esta forma, afirma que todos tenemos apegos, ya sea beneficiosos o negativos. Estos pueden ser gustos o aversiones. Los gustos se puede convertir en obsesiones y las aversiones se puede convertir en prejuicios. La forma de concebir tus apegos son causas primarias de tu malestar. La cuestión es qué nos domina y cuáles son las cosas y emociones vinculadas que, en ocasiones, hacen que no tomemos una decisión libre y con la información adecuada.

Es interesante que Marinoff profundice en el tema de que tenemos apegos a las memorias y recuerdos. De esta forma, tu identidad es la suma total de tus memorias. Pero un actitud crítica y abierta al cambio también es algo positivo y puede ser una fuente de bienestar.

Emociones negativas:

La emociones son un elemento relevante a tener en cuenta en la vida. Con el amor, la empatía o la compasión se pueden formar familias o sociedades. En cambio, las emociones negativas como el odio, la hostilidad o el resentimiento también pueden ser poderosas. Marinoff recomienda transformar la energía negativa en energía neutral o positiva.

La energía neutral es una actividad o diversión que permite disipar las malas hondas sin hacer daño a nadie. Por ejemplo, el ejercicio físico, diversos juegos o hobbies. Pero es mejor si se transforma la energía negativa en energía positiva. La clave estaría en evitar dañar a otros mostrando energía positiva y constructiva pudiendo, de hecho, ayudar a los demás.

Elecciones sagaces:

Construir una casa filosófica supone tener una filosofía de vida que puede ayudarnos a tomar las decisiones más difíciles. Como afirma Marinoff nunca podemos garantizar que hacemos el mejor movimiento, Nuestro reto más grande: hacer las mejores opciones como opuestas a las peores. En este contexto, la regla sería mejorar el bienestar y reducir el malestar. En este sentido, Marinoff afirma que “sé sabio o tonto como prefieras y transforma tu vida de acuerdo con eso”.

La clave de una buena Filosofía de vida es cómo gestionar los cambios y conservar el bienestar. Se debe desarrollar la energía positiva en todos los ámbitos y poder transformar, de forma adecuada, la negativa. Marinoff sostiene que tu Filosofía de vida te inclina hacia transformaciones positivas, que te llevará jubiloso por los buenos tiempos y nunca lejos de la comodidad, incluso en los malos tiempos.

 

Asesoramiento filosófico en acción

El empeño de Marinoff es convertir la Filosofia en un enfoque aplicado, útil y orientado a la práctica
El empeño de Marinoff es convertir la Filosofia en un enfoque aplicado, útil y orientado a la práctica

 

En la obra Mas Platón y menos Prozac, Lou Marinoff propone un método para analizar problemas que es la base del asesoramiento filosófico que defiende que es una forma útil de resolver situaciones de la vida cotidiana. Su empeño es convertir la Filosofía en una disciplina aplicada y el enfoque filosófico en un enfoque práctico, útil y necesario para orientar a los seres humanos en los dilemas del mundo moral.

Desde esta perspectiva, Marinoff presenta en un capítulo de esta obra titulado el proceso PEACE: cinco pasos para enfrentarse a los problemas con Filosofía. Este es un método para utilizar la Filosofía práctica y enfocar con éxito diversas situaciones. Lo primero que dice el autor es que “el asesoramiento filosófico es más un arte que una ciencia y siempre es diferente con cada individuo.”

Se llama proceso PEACE porque es un acrónimo cinco etapas: Problema, Emoción, Análisis, Contemplación y Equilibrio. Todas estas etapas son relevantes a la hora de afrontar y resolver un tema que cree preocupación. Se trata de seguir estas etapas con el orden propuesto. A continuación, se ofrecerá un análisis de cada una de estas etapas:

Problema: La primera tarea es identificar el problema. Esto en ocasiones, es fácil o puede ser más difícil. Si alguien ha perdido recientemente a un ser querido es fácil identificar que esto será motivo de su tristeza. Sin embargo, otra veces, alguien puede afirmar no conocer el motivo de su dolor. O mejor expresado, el motivo esté oculto en una maraña de diversas experiencias vitales y creencias arraigadas.

Identificar bien el problema también permite delimitar cuándo se trata de un tema que resuelve la Psicología y cuándo se trata de una cuestión eminentemente filosófica. La Filosofía intenta dar respuesta a las grandes cuestiones de la vida y, en muchas ocasiones, formula nuevas preguntas. Recordando el método socrático de siempre formular preguntar que despertaran las ideas y partir del conocido “sólo sé que no sé nada”. Y, a partir de aquí, querer aprender en un diálogo enriquecedor.

Emoción: La segunda etapa consiste en hacer acopio de las emociones que le provoca el problema. Los temas suelen llevar implicados componentes emocionales implícitos o explícitos que pueden facilitar o entorpecer el normal curso de los acontecimientos. En otro post, me he ocupado de las emociones en la negociación donde éstas tienen un papel que debe ser tenido en cuenta para conseguir el éxito pretendido.

El consejo que ofrece Marinoff consiste en sostener que “debe experimentar emociones genuinas y canalizarlas de forma constructiva.” Al afrontar un tema deben aflorar la diversas emociones y comprobar su influencia en nuestra perspectiva. Es relevante saber distanciarse del sesgo emocional sobre personas y valores para poder tomar decisiones adecuadas.

Análisis: En la tercera etapa, usted enumera y examina las opciones para resolver el problema. Se trata de analizar todas las posibilidades y, en ocasiones, usando la imaginación. En otro post, me referí a Inventar opciones para beneficio mutuo para las situaciones donde desde la creatividad se pueden sugerir nuevas opciones en el curso de las negociaciones.

En esta etapa de análisis, las diversas filosofías o los fragmentos de la Historia de las Ideas o el método filosófico sirven de adecuado marco desde el que examinar los diversos temas. La Filosofía es necesaria e útil, para entender el mundo que nos rodea. En este sentido, Marinoff sostiene que “la solución ideal sería que normalizara tanto los aspectos externos (el problema) como los internos (las emociones que ha despertado el problema), pero la solución final no siempre está a su alcance.”

Una vida no examinada no merece ser vivida, decía Sócrates. El examen filosófico de la vida nos debe ayudar a vivir mejor. Ese es el origen de toda ética, aprender a vivir bien.

Equilibrio: En la siguiente etapa, usted da un paso atrás, gana cierta perspectiva y contempla la situación en su conjunto. Esta es un etapa de contemplación holista de los pros y los contra, de los argumentos a favor y en contra de cada posición. Se trataría de, si se trata de un dilema, cuál de las dos salidas pesa menos o tiene menos costes. Esa es una forma de análisis, pero los dilemas son tales porque cualquiera que sea su salida provoca remordimiento.

La vida es más compleja, plural rica en matices y no puede ser analizada a partir de una única variable, en forma de análisis coste-beneficio. Sí es posible intentar pasar de los detalles de lo particular a lo general y tratar de encontrar un equilibrio a partir de un marco analítico que haya sido proveído desde bases filosóficas.

En la Historia de las Ideas, existen visiones más próximas a la armonía de los valores y otras al conflicto o pluralismo de valores. Hay filosofías que afirman que para cada problema existe una única solución o filosofías que afirman que nuestro mundo moral nos aboca a decisiones trágicas entre soluciones inconmensurables. Depende como se conciban los valores y las capacidades de los seres humanos de llegar a conocerlos. Ese es el camino que siguen las diversas filosofías.

La última fase del asesoramiento filosófico supone hacer un balance enriquecedor de lo que la Filosofía ha aportado en su enfoque de los problemas. Como sostiene Marinoff, después de enunciar el problema, expresar sus emociones, analizar sus opciones y contemplar la situación desde una postura filosófica, alcanzará el equilibrio. Esa es la forma de entender la esencia de su problema y estará preparado para emprender actos adecuados y justificables. Esta es la forma habitual del enfoque conocido como práctica filosófica.

 

Federico el Grande, el antiMaquiavelo

Federico el Grande fue un gran estratega que se opuso a la visión maquiavélica
Federico el Grande fue un gran estratega que se opuso a la visión maquiavélica

 

Es conocido que la obra de Maquiavelo permite múltiples interpretaciones. Algunas críticas  lo consideran un autor ciertamente diabólico y anticristiano. Sin embargo, en este post analizaré los comentarios críticos que Federico el Grande realizó a El Príncipe de Maquiavelo. El Rey Federico el Grande (1712-1786) fue el tercer rey de Prusia y un ejemplo del despotismo ilustrado. Fue un gran estratega militar que llevó a cabo importantes campañas. Una vez más interesa la perspectiva de un hombre de acción, con poder, que reflexiona.

A continuación el enunciado de los capítulos del El Príncipe y el comentario de Federico el Grande, en la que se conoce como el AntiMaquiavelo. Además ofreceré una serie de reflexiones sobre implicaciones estratégicas.

XV De las cosas por las que los hombres, y especialmente, los príncipes son alabados o censurados

Sobre este particular, Federico el Grande afirma que “Maquiavelo sienta por principio que no es posible ser siempre bueno y humano en ese mundo malvado y corrompido, sin exponerse a perder la vida. Yo rechazo esta proposición y aconsejo, por el contrario, a los que quieran vivir felices y satisfechos que obren siempre con prudencia sin separarse nunca del camino de la virtud: así conseguirán que los malvados les teman y les respeten.”

La cuestión es si siendo virtuoso alguien está protegido de las estratagemas de alguien maquiavélico. Dos comentarios se pueden hacer. El primero es que es buen consejo obrar siempre con prudencia. Esta virtud debe orientar la práctica. En segundo lugar, que conocer estrategia y conocer a Maquiavelo ayuda para no ser explotado por las estratagemas de alguien que sea inmoral. No somos ángeles, no somos demonios, conviene ser prudente y estudiar la mejor estrategia.

XVII De la clemencia y la severidad y si vale más ser amado que ser temido

Federico el Grande sostiene que “a esto dice Maquiavelo que el príncipe debe antes hacerse temer que amar de sus súbditos, porque los hombres todos son ingratos, inconstantes, etc. etc.: este es uno de sus argumentos más capciosos. Yo no niego que haya ingratos en el mundo, ni que le tenor sea, en ocasiones, un agente poderoso, pero sí digo que el rey cuya política se apoya en este solo móvil reina en un pueblo de esclavos y no debe esperar acciones grandes y generosas de sus súbditos; porque todo lo que se hace por temor, lleva impreso un carácter de timidez y de bajeza. Por el contrario, el príncipe que sabe hacerse amar de su pueblo, reina verdaderamente e los corazones y ejemplos hay en la historia de grandes y heroicos hechos nacidos del amor y la felicidad.”

Esta es una reflexión sobre el poder. La visión de Maquiavelo es que la estabilidad del poder se consigue más con el temor de los súbditos, que con su amor. Federico el Grande opina justo lo contrario.  Esto tiene que ver con el tema clave de las emociones en la negociaciones. En toda interacción  entre seres humanos se producen implicaciones en el terreno emocional y, a veces, en ese territorio se encuentra la clave que desatasca las situaciones, o la encona indefectiblemente. La política también es un ámbito donde la emociones juegan un papel e incluso la ideologías, que se presentan como científicas y racionales, tienen un elemento emocional. La regla que se podría extraer es cuidar especialmente el aspecto emocional de las relaciones en las que estés implicado.

XVIII De qué modo deben guardar los príncipes la fe dada

Sobre este tema, Federico el Grande afirma que “no quiero argüir a Maquiavelo con la probidad y con la virtud: el simple interés de los príncipes condena esa política desleal, que consiste en engañar a sus aliados, porque el que una vez engaña pierde para siempre la confianza y la estimación general.”

El consejo de Federico el Grande es que por propio interés conviene no ser desleal. El argumento de Maquiavelo en este punto es bastante sutil y conviene se analizado en toda su extensión. Él considera que la política es un arte de la simulación y disimulo y que, en última instancia, la decisión sobre cumplir la palabra dada depende de consideraciones pragmáticas, de lo que sea mejor en ese momento o se prevean mejores consecuencias. Su enfoque no es deontológico, es consecuencialista extremo. Pero un buen seguidor de Maquiavelo debe considerar adecuadamente las consecuencias de su deslealtad entre sus aliados y si son gravosas, continuar con la simulación y cumplir la palabra dada.

En otro orden de cosas la pregunta es: ¿se puede llegar a tratos con personas maquiavélicas? Lo prudente es proteger los pactos con determinadas clausulas para que éstos se cumplan, independientemente de bagaje moral de las partes implicadas.

XXV Dominio que ejerce la fortuna en las cosas humanas y como resistirla cuando es adversa

A este respecto, Federico el Grande sostiene que “nada es perfecto en el mundo: la flaqueza y el error son propiedades inseparables del hombre. El príncipe más perfecto sería aquel que menos se asemejase al Príncipe de Maquiavelo; y el país más dichoso sería aquel que la mutua indulgencia entre el soberano y sus súbitos, que haría revivir entre ellos ese amoroso espíritu de confraternidad, sin el cual la vida es una carga pesada y el mundo un valle de amarguras.”

En este pasaje, Federico el Grande afirma se fe en el modelo antiMaquiavelo y afirma el valor del amoroso espíritu de confraternidad. Aquí conviene hacer un ejercicio de contextualización ya que el Rey Federico el Grande es un representante del despotismo ilustrado, que se caracterizaba por el lema “todo por el pueblo, pero sin el pueblo”. Algunos podrían ver en estas afirmaciones de Federico el Grande un especie de ejercicio de hipocresía.

De los comentarios de Federico el Grande a El Príncipe de Maquivelo se pueden extraer algunas reglas de estrategia: a) Ser prudente y estudiar estrategia; b) Cuidar el aspecto emocional de las relaciones; c) Actuar con independencia de la confianza; d) Analice las palabras y los contextos.