Maquiavelo, astucia, disciplina y previsión

Maquiavelo escribió un libro de estrategia militar donde alaba la disciplina y  el cultivo de las virtudes
Maquiavelo escribió un libro de estrategia militar donde alaba la disciplina y el cultivo de las virtudes

 

No es muy conocida la faceta de estratega militar de Nicolás de Maquiavelo. En efecto, en una obra titulada El arte de la guerra, explicaba algunos principios relevantes que debían seguir los ejércitos para tener éxito. Era una reivindicación en que los clásicos afrontaban la disciplina militar, parece inspirada en la obra de Vegecio pero varios siglos después. En esta obra, son destacables unas reglas de la guerra que propone Maquiavelo, que a continuación comentaré:

“Lo que favorece al enemigo nos perjudica a nosotros, y lo que nos favorece a nosotros perjudica el enemigo.”

La guerra es un juego de suma cero y la vida, no tanto. En la mayoría de situaciones se dan elementos de competición y cooperación. La mejor estrategia es la que consigue maximizar la cooperación, y minimizar la competición, de forma que se logren los objetivos previstos.

“Aquel que durante la guerra esté más atento a conocer los planes del enemigo y emplee más esfuerzos en instruir a sus tropas incurrirá en menos peligros y tendrá más esperanzas de victoria.”

La información sobre la otra parte es el elemento clave en toda negociación que permitirá más fácilmente llegar al éxito. Especialmente relevante es conocer sus verdaderas intenciones, sus valoraciones, sus alternativas, sus planes. Y cualquier otro dato que por insustancial que parezca, puede convertirse en fundamental si un parte lo valora mucho y la otra no le da relevancia. Aquí habría lugar para un buen trato.

Otro elemento clave es dominar técnicas y estar instruido. No dejar nunca de aprender.  Saber actualizarse. Tener un conocimiento general de varias técnicas y ser experto en un campo. Para este objetivo, se deben profundizar conocimientos en un área determinada y a partir de un determinado momento, hacer crecer la marca personal como experto.

“Jamás hay que llevar a las tropas al combate sin haber comprobado su moral, constatado que no tienen miedo y verificado que están bien organizadas. No hay que comprometerlas en una acción más que cuanto tienen moral de victoria.”

El resultado final de un trato depende del punto donde se haya partido. Para esto son vitales las expectativas, la moral de victoria. En muchas situaciones, el resultado depende de la insistencia de una de las partes en sus posiciones, lo cual es una forma de mostrar sus valoraciones internas, pero también puede ser algo fingido para conseguir un mejor resultado. Determinadas formas de regateo muestran como son fundamentales las expectativas de las partes.

“El mejor de los proyectos es el que permanece oculto para el enemigo hasta el momento de ejecutarlo.”

En situaciones puramente competitivas, cuanto menos información y detalles de nosotros tenga la otra parte, es mejor. En situaciones mixtas de cooperación y competición, existe el aliciente de la previsibilidad y de cumplir la palabra dada. La seguridad de que si se llega a un acuerdo, el compromiso de las partes será firme.

“La naturaleza produce menos hombres valientes que la educación y el ejercicio.”

Esto es un buen consejo. Las virtudes son hábitos y disposiciones del carácter que se basan en modelos de excelencia humana. Los clásicos se preguntaban en los diálogos platónicos si la virtud es innata o se aprende. Lo que es relevante es que uno se convierte en virtuoso actuando virtuosamente. Es decir, la práctica transforma el carácter. Si quiere lograr un objetivo, la mejor forma es educación y ejercicio.

“En la guerra vale más la disciplina que la impetuosidad.”

Una de las virtudes humanas, sin demasiada buena prensa, es la disciplina. Trasladando desde el ámbito militar a otras esferas, podría traducirse como el orden, la laboriosidad, la seriedad. Todas ellas virtudes que se agradecen cuando has de trabajar con alguien. Lo opuesto podría ser alguien que se deje llevar por las pasiones y los arrebatos. Por cierto, que un elemento que se debe cuidar en toda negociación es el de las emociones. Estas son vitales para una gestión eficaz del conflicto.

“Hay que aconsejarse con muchos sobre lo que se debe hacer, y con pocos sobre lo que se quiere realmente.”

Es relevante que antes de tomar una decisión, especialmente si es importante, se pida consejo a personas expertas o en quienes confiemos en su buen criterio. Es bueno saber analizar los pros y contras del paso que se va a dar y es razonable escuchar las diferentes visiones de varias personas y contrastarlas. Pero aquello que se vaya a realizar realmente y los detalles del plan es mejor que sólo lo conozcan personas de estricta confianza.    

“Los buenos generales nunca entablan combate si la necesidad no los obliga o la ocasión no los llama.” 

Nos dice Maquiavelo: el combate sólo en caso de necesidad o una buena ocasión. Las situaciones como exabruptos emocionales o fuertes discusiones deben evitarse, por lo general, por poco productivas y entrañar riesgos. Sin embargo, en ocasiones, es necesario que las emociones fluyan y se restablezca de mejor forma la relación “una vez se han dicho unas cuantas verdades”.

“Las incidencias no previstas son difíciles de resolver, las meditadas, fáciles.”

La imprevisión es mala compañera. dentro de una relación mixta de cooperación y conflicto, cualquier suceso de acontecimientos debería estar previsto previamente. Es importante plantearse todas las posibles situaciones y tener preparada una respuesta de acuerdo con los objetivos. El ‘efecto sorpresa’ puede dar una ventaja estratégica para quien lo promueve, pero no es una excusa para calibrar de nuevo la situación y actuar de forma inteligente y eficaz.

Vegecio, aprender antes de actuar y propiciar las buenas oportunidades

Vegecio sostenía que la técnica da ventaja estratégica
Vegecio sostenía que la técnica da ventaja estratégica

 

De las obras de estrategia militar de la época clásica, destaca el Compendio de técnica militar de Vegecio. Fue escrito a instancias del emperador romano para compilar las técnicas y tácticas militares de la época.  Una de las primera cosas que afirma es que los romanos habían conseguido su predominio sobre otros pueblos por el mejor uso de técnicas militares.

A continuación analizaré varios pasajes de la obra de Vegecio, especialmente las reglas de la guerra que ofrece y haré comentarios desde el punto de vista estratégico, con aplicaciones en múltiples ámbitos.

a) Aprender antes que actuar y la técnica da ventaja estratégica

Al inicio del Compendio de técnica militar, Vegecio afirma: “el conocimiento de la disciplina militar alimenta la audacia para combatir: nadie teme llevar a la práctica lo que está seguro de haber aprendido bien. Y, efectivamente, en la disputa bélica un pequeño número de soldados bien adiestrados está más preparado para la victoria mientras que una muchedumbre ruda y sin entrenamiento se encuentra siempre expuesta a la masacre” (I.7-8)

Es necesario aprender nuevas técnicas para llevarlas a la práctica. Es relevante entrenarse frecuentemente en la diversas técnicas. El uso de técnicas y tácticas da ventaja estratégica.

b) La guerra es un juego de suma cero y la vida no tanto

En un momento de la obra, Vegecio ofrece unas reglas de la guerra que tienen una indudable dimensión estratégica. La primera afirma que ”en todo combate la condición de la campaña es tal que lo que a ti te favorece menoscaba al enemigo y lo que a él le beneficia a ti siempre te perjudica. Por tanto nunca debemos realizar ni descuidar ninguna acción a voluntad del enemigo, sino únicamente lo que nos resulta útil a nosotros” (III.XXVI).

La guerra es un juego de suma cero, la vida suele ser un juego de cooperación y competición. En ese sentido, se da interdependencia y, en ocasiones, es útil para nosotros realizar alguna acción para complacer la voluntad de la otra parte. Lo relevante es que forme parte de una estrategia bien diseñada o de un acuerdo –explícito o implícito- de concesiones mutuas.

c) La clave está en el adiestramiento y la experiencia

La segunda regla de la guerra, Vegecio sostiene “en la guerra quien más empeño haya y más se haya esforzado en adiestrar a sus soldados será expuesto a menos riesgos” (III.XXVI). La tercera, afirma que “nunca se debe llevar al combate a un soldado cuya capacidad no hayas comprobado antes” (III.XXVI).

Emprender acciones, con resultado incierto, requiere conocer las técnicas y entrenamiento. La mejor información y la capacidad de análisis de las situaciones da superioridad estratégica. La experiencia es relevante para dar responsabilidades. Es importante la comprobación imparcial de la información.

d) Los elementos circunstanciales pueden determinar el resultado, más que la actividad principal

La cuarta regla de la guerra de Vegecio afirma que “es mejor doblegar al enemigo con el hambre, con los ataques por sorpresa o con el miedo que en la batalla, donde suele tener mayor influencia el azar que el valor” (III.XXVI).

Como dijo Felipe II “yo no he venido a luchar contra los elementos” refiriéndose a la derrota de la Armada Invencible. Todas las situaciones tienen una trama principal y una serie de circunstancias. En ocasiones, el resultado final viene determinado por las circunstancias, más que por la trama principal.

Otra forma de interpretar el interés de Vegecio por evitar las batallas es una apelación a gestionar el conflicto evitando confrontaciones directas y buscando influir por otros medios.

e) Propicia las buenas ocasiones

La quinta regla de la guerra, según Vegecio, afirma “no hay mejor plan que aquel que el enemigo ignora antes de que lo pongas en práctica” (III.XXVI).

Esto significa que se debe ser muy cuidadoso con la información que se suministra al enemigo. Especialmente sobre planes futuros que le conciernen.  Aunque se puede hacer un uso estratégico y precisamente distorsionar la información al enemigo.

La sexta regla de la guerra sostiene “aprovechar las ocasiones suele ser de más ayuda en la guerra que el valor” (III.XXVI).

Es algo cierto que la suerte tiene un componente en la vida. Pero tarde o temprano se presenta una ocasión relevante y se debe estar preparado para aprovecharla. Sería necesario cerciorarse de que se trata de una buena oportunidad y no una trampa. Lo importante es el camino de preparación –estudio, análisis, entrenamiento- para aprovechar las buenas oportunidades en la vida.

f) Construye alianzas, debilitando a tu enemigo

La séptima regla de la guerra de Vegecio afirma que “hay que depositar mucha confianza en atraer y acoger a los enemigos, sin vienen con buena fe, pues provocan más quebrantos en el adversario los desertores que las bajas” (III.XXVI).

Puede ser una política interesante realizar alianzas con personas, que estuvieran en un grupo opuesto, si sus intenciones son buenas. Lo primero es una comprobación imparcial de su versión de los hechos. La segundo es ser generoso, que se sienta mejor tratado que en su grupo de origen. El resultado es debilitar al grupo opuesto, por una vía diplomática.