Avicena, los contrarios en el alma

Avicena destacó en los campos de la Medicina y la Filosofía.

 

Avicena, en versión latinizada, o Ibn Sina por su nombre en árabe, nació en Irán en 980 y vivió  hasta 1037 d.C. Es un autor muy prolífico, que destaca en los campos de la Medicina y la Filosofía. Junto con el cordobés Averroes –al que influyó- es una de las figuras más destacadas del pensamiento islámico medieval.

Su enfoque tiene una clara influencia de Aristóteles y esta lectura aristotélica, que incluía un aporte original, tuvo mucha repercusión en la escolástica medieval cristiana. Avicena relata en su autobiografía que el pago recibido por curar la enfermedad del emir de Bujārā, Ibn Mansūr, fue permitirle el acceso a su imponente biblioteca. Esto le permitió leer la Metafísica de Aristóteles y también se guió por un comentario a la Metafísica escrito por al-Farabi.

Eran famosas en su época sus obras Libro de la curación y Canon de medicina, que estaban inspiradas en Hipócrates y Galeno y que eran un compendio de conocimientos en medicina. Entre su abundante obra, se encuentran los Tres escritos esotéricos, que estaban escritos para iniciados. Unos los llaman místicos, otros que tratan sobre el destino del hombre o que se denominan escritos simbólicos.

Dentro de esos Libros esotéricos, en el texto denominado Libro de las indicaciones y advertencias, Avicena afirma “la experiencia y el razonamiento concuerdan en que es propio del alma humana recibir durante el sueño favores de lo invisible. Así pues, nada impide que algo semejante se dé (también) en el estado de vigilia, a menos que este obsequio esté suprimido por algún motivo o que (el alma) esté perturbada, lo que es testimoniado como por lo observado” (Libro de las indicaciones y advertencias, X. 8).

Es interesante plantearse por qué necesitamos dormir. ¿Se puede vivir sin soñar? Hay quien sostiene que Avicena da un precedente de la noción de inconsciente, que siglos después desarrollaría Freud. Existen procesos que escapan a la consciencia y que pueden aparecen en los sueños y que tienen un papel en la vida de las personas. Esto significa que las mentes humanas son complejas y profundas y tienen varios niveles o dimensiones donde se desarrollan, incluso sin darnos cuenta.

En otro pasaje, Avicena afirma que “las facultades del alma operan en sentido contrario y tienden a excluirse (mutuamente).

Cuando la cólera se excita, separa el alma de la concupiscencia y viceversa. Cuando el sentido interno se concentra en su operación, se separa del sentido exterior y apenas oye y ve lo contrario. Cuando el sentido interno se vuelve hacia el sentido externo, inclina el alma hacia este último y, por consiguiente, queda separada de su función para la que necesita grandemente su instrumento (: el pensar). Sucede, a demás, otra cosa y es que el alma se ve arrastrada del lado del movimiento más fuerte, abandonando entonces los actos que le son propios” (Libro de las indicaciones y advertencias, X.11).

Si la Real Academia define cólera como “ira, enojo, enfado” y la concupiscencia como ”deseo de bienes terrenos y, en especial, apetito desordenado de placeres deshonestos” es interesante concebir el alma humana como una lucha de elementos en tensión, que tienden a excluirse. Cuanto más se practique uno, menos se desarrollará el otro. Este enfoque tiene un ineludible parecido a la teoría de las virtudes y los vicios de Aristóteles.

Un elemento de esta visión, que Avicena deja abierto, es el papel que las emociones y la racionalidad deban tener. En la actualidad, se está mirando con nuevo interés el rol de las emociones en política. Cosa que aplicaban los demagogos en al Atenas clásica y, hoy en día, los populismos de todo signo.

Siguiendo su argumentación, Avicena plantea “siempre que, de algún modo, el alma está fortalecida, su pasividad ante las demandas (sensoriales) es menor y es más fuerte su control sobre ambos lados (sensitivo e intelectivo); conforme se encuentra en la situación opuesta, sucede al revés. Igualmente, siempre que de algún modo es más sólida, menos se deja agobiar por las preocupaciones y las domina, inclinándose hacia el otro lado. Si está muy fortalecida, esta intención es mucho más fuerte. Además, si está bien entrenada, su cuidado para protegerse de lo contrario al ascesis es más fuerte, así como su acción libre sobre sus relaciones” (Libro de las indicaciones y advertencias, X.17).

Se puede ver como en este párrafo se distingue entre los aspectos sensitivos e intelectivos del alma y cómo las demandas de unos llevan a disminuir los otros. Existe una cierta ley de la compensación. Para conocerse y dominarse se requiere una cierta  gimnasia, un entrenamiento que aúne lo sensorial y lo intelectivo. Hay quien consigue resultados a través de la meditación y del yoga.

“Guárdate mucho de manifestar un espíritu crítico y de prescindir de las ideas populares, mostrando tu rechazo a cualquier historia (extraordinaria), pues es señal de debilidad y ligereza. La torpeza no es menor tanto cuando niegas lo que no es evidente inmediatamente que al aceptar aquello cuya prueba es evidente no se presenta ante ti. Al contrario, debes amarrarte la soga de la espera, /incluso cuando te irrite el ignorar lo que te cosquillea la oreja, hasta tanto se ha demostrado su absurdo.

La línea de conducta conveniente para ti consiste en colocar los casos de tales hechos en el terreno de la (mera) posibilidad hasta tanto que una demostración apodíctica te haga rechazarlos. Debes saber que en la naturaleza existe maravillas y que las fuerzas activas de lo alto se unen con las fuerzas pasivas de lo bajo para dar lugar a eventos extraordinarios” (Libro de las indicaciones y advertencias, X.31).

En la línea aristotélica, Avicena aboga por la prudencia para encontrar y verificar la verdad. En la era de la posverdad y la fake news, las apariencias y los grandes titulares suelen esconder una letra pequeña que acaba siendo accesible sólo a unos pocos. La arena pública es un foro de discusión donde se aboca todo tipo de información y opiniones y ha de ser el sentido crítico y la cultura de cada cuál los que le haga discernir dónde está la verdad.  Es una tarea, un proceso. La receta de Avicena es siempre ser prudentes y esperar a demostraciones fuera de toda duda.

Basilio de Cesarea, exhortación a los jóvenes

Esta obra tiene un contenido pedagógico para las jóvenes generaciones

 

Basilio fue un pensador y Obispo de Cesarea en el siglo IV d. C. Tiene importantes reconocimientos en la Iglesias ortodoxa, católica y luterana. Es también conocido como Basilio el Magno. Sus obras suelen tener una temática generalmente religiosa. Es un autor que supone una síntesis de Oriente y Occidente y de la cultura clásica y el cristianismo. 

Una de sus obras se titula A los jóvenes. Cómo sacar provecho de la literatura griega . Fue escrita en el 370 d. C. Su título en latín es Oratio ad adolescentes. La intención del autor es explicar algunas ideas de literatura griega -que él consideraba pagana-en aquello que conduzca a la virtud. En sus primeras líneas, Basilio explica su intención una vez había alcanzado cierta edad, de poder con esta obra aconsejar a las nuevas generaciones. Tiene un obvio objetivo pedagógico. Este ensayo destaca por el dominio de las fuentes de la cultura clásica.

En A los jóvenes, Basilio de Cesarea afirma que “no aplaudiremos a los poetas si representan a personajes que insultan o se burlan, o son amantes carnales o están borrachos, o cuando restrinjan la felicidad a un mesa repleta o a cantos disolutos” (A los jóvenes, IV, 4).

Que los artistas muestren lo que es la vida, con su variedad, es algo normal, pero si se está educando a jóvenes para el futuro ¿cabe algún límite a la creación artística? ¿Se puede ser paternalista en cuestiones artísticas? Habitualmente se afirman ciertos límites para los menores de edad y es la responsabilidad de artista que su obra pueda ser  realmente educativa. De los temas mencionados por Basilio, la que debería ser el acicate artístico, debería ser que la felicidad no se limite a una mesa repleta. Salir de la felicidad del consumismo y hacer pensar por sí mismo.

En otro momento, Basilio afirma “en cuanto a los oradores, su habilidad para engañar no la imitaremos. Pues ni en juicios ni en otras actividades no nos conviene la mentira: que hemos elegido el camino recto y verdadero de la vida y no promover juicios está prescrito por ley.” (A los jóvenes, IV, 7).

Esta es una adhesión moral a favor del deber de decir la verdad y contra el engaño. Su vinculación con los oradores está conectado con el enfoque de los sofistas, sabios profesionales que educaban a los ciudadanos para vencer en los debates públicos. Cabe dos comentarios sobre este tema. Uno es el componente cultural del valor de decir la verdad: ya que no es lo mismo mentir en la cultura anglosajona que es considerado una grave ofensa que, en la cultura latina, que es algo bastante más relativizado. La segunda cuestión es el vínculo, desde la Grecia clásica, de la política y los trucos o engaños como muestran el caso de los demagogos, que han renacido en la forma de variados populismos.

Más adelante, en otro pasaje, se puede leer, “no, no hay cosa de la que más deba huir alguien sensato que de vivir pendiente del qué dirán y de tener en cuenta el parecer de la mayoría, y no hacer de la recta razón la guía de la vida: en consecuencia, aunque haya que contradecir a toda la humanidad, tener mala fama y correr peligros en favor del bien, no elegirá remover nada de lo que se juzgue correcto” (A los jóvenes, IX, 27)

Entre los jóvenes es especialmente importante el qué dirán y la opinión de los demás. Hay quién guía su vida basándose en apariencias y ostentar signos externos, pero con poca vivencia interior. Este consejo de Basilio se ha de entender en su conjunto: uno ha de llegar a conocer qué es lo correcto y entonces actuar en consecuencia. Y es en este segundo paso, donde no debe importar la opinión de los demás. Para saber orientarse y encontrar qué es lo bueno cabe consultar a los demás, especialmente a los más cercanos.

Llegar a saber qué es lo correcto es un proceso interior, en el que ayudan especialmente los ejemplos de otras personas.

En A los jóvenes, Basilio afirma “es que, hacer públicamente espléndidos elogios de la virtud y extenderse en largos discursos sobre ella, pero en privado valorar el placer antes que la templanza y el poseer antes que la justicia, eso yo al menos diría que es similar a lo que hacen los que interpretan obras en la escena: muchas veces se meten en el papel de reyes y príncipes, sin ser ni reyes ni príncipes, y acaso sin ser totalmente libres” (A los jóvenes, VI,4).

La hipocresía es esa capacidad de decir un cosa y actuar al contrario. A algunos políticos se les critica por incoherencias entre sus declaraciones públicas y sus acciones privadas. Basilio es incisivo en la crítica ya que se refiere a los exigentes moralistas que no practican sus palabras en acciones. Sin embargo, Elster ha defendido el poder civilizatorio de la hipocresía ya que las interacciones sociales requieren que cierto cemento que puede consistir en ocultar ciertas impresiones.

Más adelante, en este ensayo se afirma, “desde el momento en que el excesivo cuidado del cuerpo es perjudicial para el propio cuerpo y un obstáculo para el alma, cae rendido ante él y ser su esclavo es una locura evidente. En cambio, si nuestra preocupación consistiera en mirarlo con desdén, difícilmente nos entusiasmaría ninguna otra cosa humana” (los jóvenes, IX, 17).

Para los jóvenes el culto al cuerpo se ha convertido en más que una moda y especialmente para los/las que no se incluyen en los modelos estándar supone una especie de estigma. Lo que Basilio propone es considerar el cuerpo desde la moderación, tampoco ignorarlo, o desdeñarlo. Darle su papel, pero no caer en el exceso de atención.

En la parte final, se puede leer que “sería vergonzoso dejar escapar el momento presente y más tarde, antes o después, llamar entre gritos y lamentos al pasado, cuando ya de nada sirva afligirnos” (A los jóvenes, X, 7).

El mayor tesoro de los jóvenes es que tienen la vida por delante y pueden aprender del pasado. Tienen un presente donde prepararse y un futuro por explorar. Algunos consideran que la Humanidad vive un progreso moral. Quizá es una idea discutible, pero es cierto que los jóvenes pueden comprender adecuadamente el legado de generaciones inmediatamente anteriores y trazar una senda donde no repetir errores. Aunque siempre los jóvenes pueden equivocarse y entonces habrá que volver a leer a Basilio de Cesarea.

 

Estoicos, armonía con el cosmos

Los estoicos buscaban conectar els cosmos con el individuo.
Los estoicos buscaban conectar el cosmos con el individuo.

 

Con ciertas influencias en los cínicos y Sócrates, surge la escuela estoica en la etapa de la filosofía helenística. Su relevancia lleva a que importantes pensadores de la época de esplendor de Roma se consideren estoicos, como Séneca o Marco Aurelio. En sus estudios, los estoicos desarrollaron una lógica propia -distinta de la aristotélica- y tenían sus propias ideas sobre la física. La herencia estoica más fructífera se podría considerar está en campo de sus nociones éticas. A continuación se expondrán alguna de estas ideas, con comentarios desde la perspectiva de Estrategia Minerva Blog.

La ley del cosmos como logos

“La idea básica de la moral estoica estriba en tratar de hacernos tan ordenados, autónomos e uniformes como el universo mismo, del que formamos parte, en tratar de hacernos sabios, conociendo y aceptando en todos sus detalles la ley cósmica, que es nuestra propia ley.” (Mosterín, Helenismo)

La filosofía estoica parte de considerar que el universo esta ordenado, en forma de cosmos. Este orden cósmico tiene sus propias leyes, de lo que se deduce un logos. La máxima fundamental del estoicismo consiste en hacer coincidir en el individuo los elementos de este logos, de esta ley cósmica.

Una de la aplicaciones de esta visión estoica trata de situaciones donde se debe aceptar el destino. En determinadas ocasiones, las circunstancias no son favorables y de la interpretación de éstas puede surgir la respuesta más idónea o, en cambio, la invitación a un pozo sin fondo. El mensaje estoico busca concebir tus coordenadas personales dentro de un plan más amplio, dentro de un logos que se ha de desarrollar. Por ejemplo, cuando fallece un ser querido es una situación muy dolorosa donde podría ayudar situarnos en términos de la ley cósmica. Pensar en las grandes dimensiones de nuestra existencia. E intentar conciliar, con el tiempo, al individuo y al cosmos, como en armonía.

Frente a situaciones poco favorables, cabe dos posibilidades: hundirse –dejar que la circunstancias hagan por ti- o luchar –afrontar decididamente aquello que se nos opone-. La clave entre que diferencia ambas posiciones suele ser una cuestión de interpretación y de actitud. Interpretamos el mundo y actuamos en correspondencia. Dependiendo como interpretemos el cosmos, así será el logos que rija nuestra vida. En este contexto, cabe comprender que parte del ejercicio efectivo de la libertad consiste en hacer frente a las circunstancias adversas. El éxito, en este caso, no es tanto el resultado final, sino el hecho de actuar siempre de acuerdo el propio logos.

Actuar acorde con la naturaleza

“Los estoicos aceptan como primer impulso, el de autoconservación. Todo ser vivo tiende primeramente a la conservación de su propia realidad. En segundo término tiende a aceptar las cosas acorde la Naturaleza y rechazar las contrarias.” (García Gual, Filosofía helenística)

Una de las metas de la filosofía estoica es vivir de acuerdo con la naturaleza, evitando las pasiones, que apartan a los individuos de la virtud y la razón. Se produce una oposición entre razón y pasiones. Decían los estoicos: “el sabio es libre, pues tiene dominio de sí”. Haciendo un análisis introspectivo, podríamos plantearnos: ¿Qué tiene dominio realmente sobre nuestra voluntad? La respuesta podría ser muy variada, depende de varios factores. El consejo estoico es no dejarse llevar por la pasiones, cultivar la virtud y buscar la razón. Un concepto que manejan los estoicos es el de autosuficiencia, como vivir de acuerdo con la naturaleza.

Camino de la felicidad con buen ánimo y hacia la paz espiritual

“Si vivimos de acuerdo con el providente y necesario orden cósmico, nos haremos ordenados, autónomos y uniformes como el cosmos mismo, con lo cual obtendremos la apátehia (imperturbabilidad, impasibilidad, paz espiritual), la euthymia (buen ánimo, alegría serena) y eudaimonia (felicidad)” (Mosterín, Helenismo)

La metas de la ética para los estoicos unen la felicidad con la imperturbabilidad, con la alegría serena. Esta visión busca alejarse de las pasiones y tiene cautela por las emociones. Los estoicos no quieren implicarse emocionalmente ya que esto perturbaría su paz espiritual, su noción de felicidad. Como afirma García Gual “el estoico esta dispuesto ayudar al prójimo, pero a no sufrir por él.”

Ciudadanos del mundo

“El sabio estoico debe promover una cosmópolis que sea como fiel reflejo social del orden perfecto y natural de reina en el cosmos. El estoico se siente ciudadano del mundo, cosmopolita.” (Mosterín, Helenismo)

El término cosmopolita proviene de la filosofía estoica. Fueron los primeros ciudadanos del mundo. Su visión partía de considerar que las lealtades locales tenían mucho peso y enfatizaban la importancia de que la lealtad moral más importante debía ser al conjunto de la Humanidad. A cualquier lugar que viajaban desarrollaban un sentido de pertenencia porque consideraban que les unían muchas cosas con quienes vivían allí y, a la vez, con el resto del mundo.

Una frase que reflejaban sus ideas al respecto es “nada de lo humano me es ajeno”. Aquí se refleja el fuerte igualitarismo estoico, inusual en esa época. No había diferencias entre hombres y mujeres, amos y esclavos. Otra interpretación de esta frase es una cierta sabia compresión hacia las debilidades humanas. Supone poder identificarse con el género humano y con sus diversas y variadas manifestaciones.

El mundo no emite pasaportes, ni tiene un identidad única, quizá el mensaje cosmopolita pueda mejor ser entendido como una virtud moral. La virtud cosmopolita implica que una identidad es más legítima dependiendo de los términos de inclusión de su alteridad. En segundo lugar, la virtud cosmopolita significar replantear los lazos de solidaridad humana. En tiempos de globalización, ser solidarios con los Otros, además de con los nuestros. Más allá de las fronteras, encontramos seres humanos como nosotros.

Heráclito, aprender del cambio

Según Heráclito, la vida es como en río, que fluye, donde no se repiten dos veces la misma situación.
Según Heráclito, la vida es como en río, que fluye, donde no se repite dos veces la misma situación.

 

No todos los filósofos de la Antigüedad, tenían buena fama. Heráclito era conocido como “el Enigmático” o “el Oscuro”. Diógenes Laercio dice de él que “no expresa nada con claridad”. Se le atribuye un libro titulado Sobre la naturaleza.

En sus escritos se vislumbra un carácter profético, como si fuera una especie de oráculo. Kirk, Raven, Schofield explican que Platón le menciona, en ocasiones, en un tono humorístico e irónico e insiste, sobre todo, en una de sus opiniones “todas las cosas fluyen” que se le atribuye libremente en sus diálogos.

Analizaré a continuación algunas ideas de Heráclito y añadiré algunos comentarios sobre los temas de Estrategia Minerva Blog.

-Conócete a ti mismo

Según cuentan, una inscripción en el templo de Apolo de Delfos decía “Conócete a ti mismo”. Heráclito admiraba esta visión. Es un principio importante conocer las propias habilidades, energías, los puntos fuertes y los puntos débiles. Es necesaria una cierta introspección en la individualidad para saber qué posibilidades se tienen ante determinada situación. Pero la propia vida de Heráclito nos muestra los límites de esta introspección.

En efecto, Heráclito es acusado de misantropía como muestra en esta frase donde afirma “no fue discípulo de nadie -escribe Diógenes (IX, 5)-, sino que dijo que se había investigado a sí mismo y que todo lo había aprendido de sí mismo.” Estamos en una red de conocimiento, nadie puede pretender ser su única fuente de saber. No somos islas remotas. Aprendemos de los demás y siempre habrá alguien más sabio que uno, del que poder aprender.

Precisamente el ámbito de la negociación y de la estrategia surge porque existe un interés en que los demás se comporten de determinada manera y los demás también quieren algo de nosotros. Dicho de otra forma, la mayoría de relaciones entre los seres humanos son en escenarios cooperación y conflicto. Dos características de los individuos favorecen la cooperación como son: que somos mutuamente vulnerables y tenemos un altruismo limitado.

Con la base en esta mentalidad cerrilmente individualista, Heráclito “llegó a hacerse sumamente altanero y desdeñoso (…) Acabó por convertirse en misántropo; se retiró del mundo y vivió en los montes, alimentándose de hierbas y plantas. Convertido por esta causa en un hidrópico, bajó a la ciudad y en enigmas le preguntaba los médicos si ellos serían capaces de convertir en seco el tiempo lluvioso” (Diógenes Laercio, IX I).

La armonía es siempre el producto de los contrarios, por ello, el hecho básico del mundo natural es la lucha

El primer concepto clave en Heráclito es el de logos. Como afirma Guthrie, “Heráclito creyó primero y ante todo en un Logos.” Este afirma que “todo acontece de acuerdo con el Logos” y “el Logos ordena todas las cosas”. Según esta visión, una sola cosa es la sabiduría: conocer con juicio verdadero cómo todas las cosas son gobernadas a través de todas las cosas (Fr. 41 Diogénes Laercio, IX 1).

Para explicar como Heráclito concebía el logos, es importante la noción de lucha de contrarios. De esta forma, “la paz y la guerra no se suceden entre sí por turno: en el mundo existen siempre la paz y la guerra. El cese de la contienda significaría la desintegración del cosmos.”

Esta visión está conectada con la filosofía de Anaximandro y con algunas manifestaciones de filosofía oriental, como el taoísmo. Que la armonía se basa en la lucha de contrarios tiene implicaciones metafísicas, morales o jurídicas.

La clave está que la vida moral es lucha, en una visión del pluralismo agonista. La armonía es un equilibrio de contrarios. Un fondo de verdad asiste a cada parte que solo llega al equilibrio con la verdad de su contrario. Esto significa que el mundo moral es complejo, plural, cambiante…

Heráclito añade dos frases interesantes para pensar: “una armonía invisible es más intensa que otra visible” “la auténtica naturaleza de las cosas suele estar oculta”

-Todo está en continúo movimiento y cambio

Quizá la idea más famosa de Heráclito es que “todas las cosas fluyen”. Platón afirma que “Heráclito dice en alguna parte que todas las cosas se mueven y nada está quieto y comparando las cosas existentes con la corriente de un río dice que no te podrías sumergir dos veces en el mismo río” (Platón, Cratilo, 402 A).

La interpretación habitual es algo así como que todo pasa. De ahí la relevancia de las segundas oportunidades. La vida fluye en un río y no volverán a repetirse determinadas circunstancias. Por eso cada situación requiere de un enfoque adecuado a partir de la experiencia del pasado.

Según Brice Parain en su Historia de la Filosofía “la fórmula quería decir otra cosa; reuniría en una sola imagen a los contrarios: lo Mismo y lo Otro.” El río fluye pero es distinta la perspectiva del navegante y del observador externo. Quien vive unas circunstancias particulares tiene una perspectiva que difiere de quién vive desde fuera esas circunstancias. Por eso es tan relevante la comunicación humana y la posibilidad de influir en los demás.

Según Aristóteles, “las teorías de Heráclito de que todas las cosas sensibles están en un continuo fluir” (Aris, Meta, 987 a 32). Algunos han querido ver en esta visión de Heráclito un alabanza del relativismo. Cabe pensar que del cambio se puede aprender, de la experiencia, de los buenos consejos de los demás. La clave es que cada uno, al fin, encuentre su armonía, su conexión con el logos.


	

Tales de Mileto, del mito al logos

Los mitos actualmente provienen del cine y la televisión.
Los mitos actualmente provienen del cine y la televisión.

 

La Filosofía occidental tuvo su origen en Grecia, como una nueva forma de pensar y enfocar los problemas. Tales de Mileto (640-545 a.C.) es primera referencia cronológicamente entre los pensadores de esa época. En el fantástico libro Los filósofos presocráticos, Kirk, Raven, Shofield afirman que “según la tradición, Tales, el primer físico griego o investigador de la naturaleza de las cosas como un todo, predijo el eclipse que tuvo lugar en 858 a.C.”

Explica Proclo que Tales, tras haber ido primeramente a Egipto, trasplantó a Grecia esta especulación (la geometría). Alguno de sus logros tienenque ver con su viaje a Egipto. Se le atribuye una obra, de la que no queda rastro, titulada Astrología náutica. Es una especie de sabio desinteresado, especialista en astronomía y geometría. Precisamente Platón y Aristóteles cuentan dos anécdotas sobre Tales de Mileto que permiten reflexionar sobre aspectos relativos del Blog Estrategia Minerva.

La contemplación y la vida práctica 

Platón narra una anécdota de Tales cuando afirma: “Como, oh Teodoro, se dice que una aguda y graciosa esclava tracia se burló de Tales, porque, mientras observaba la estrellas y miraba a hacia arriba se cayó en un pozo; ávido por observar las cosas del cielo, le pasaban desapercibidas las que estaban detrás del él y delante de sus pies” (Platón, Teeto, 174 a).

La moraleja de la historia parece ser que la contemplación por temas elevados lleva a desatender las cuestiones prácticas. Entre las personas dedicadas a la reflexión teórica puede ser popular la imagen del sabio despistado. Como algunos estereotipos quizá guarda un fondo de verdad. Pero la reflexión a la inversa también es relevante. Esto es, alguien que viviendo sólo entre cuestiones prácticas, no dedique ningún momento a la contemplación. Es relevante no centrarse exclusivamente en lo cotidiano y destinar un espacio para hacer buenas preguntas y mantener la curiosidad intelectual. Hemos de aprender en todas las etapas de la vida.

Sobre la utilidad del saber

Aristóteles narra esta historia de Tales cuando sostiene “Pues dice que, cuando, por su pobreza, le reprochaban que la filosofía era inútil, tras haber observador por el estudio de los astros que iba a haber una gran producción de olivas, se procuró un pequeño capital, cuando aún era invierno, y que depositó fianzas por todas las presas de aceite de Mileto y Quíos, alquilándolas a bajo precio porque nadie licitó contra él. Cuando llegó el momento oportuno, al ser muchos los que a la vez y de repente las pedían, las iba alquilando al precio que quería y reunió mucho dinero, demostrando así que es fácil a los filósofos enriquecerse, si quieren, pero no es las riquezas lo que les interesa” (Aristóteles, Política I, 11, 1259 a 9).

Esta historia muestra cómo una cuestión es el cultivo del conocimiento que hace la Filosofía, y otro la rentabilidad práctica, e incluso económica, de este conocimiento. Los filósofos como Tales eran sabios que tenían su propia escala de valores, donde no estaba acumular riquezas. Sin embargo, él tenía los conocimientos suficientes para hacerse rico. Esto se puede vincular sobre otro tema como es la practicidad de la Filosofía. En ocasiones se ve como una disciplina que genera problemas meramente teóricos que solo tienen una dimensión teórica. No obstante, puede ser una cuestión de enfoque. La Filosofía debe tener vocación de aplicabilidad, con una intrínseca conexión entre Teoría y Práctica.

Del mito al logos

El tema central en Tales de Mileto es el paso de las explicaciones sobre el mundo basadas en mitos de las basadas en una incipiente racionalidad científica, que se conoce por logos. De sus pensamientos han llegado dos ideas originales que explicaban su visión. La primera es “incluso los seres aparentemente inanimados puede estar ‘vivos’: el mundo está lleno de dioses”. La segunda “la fuente y el principio de todas las cosas es el agua”.

Como afirman Kirk, Raven, Shofield “aunque estas ideas estaban muy influenciadas, directa o indirectamente, por sus precedentes mitológicos, es evidente que Tales abandonó la formulación mítica; este hecho por sí sólo justifica sus título de primer filósofo, por muy ingenuo que fuera aún su pensamiento.”

Los mitos en la época de Tales eran explicaciones sobrenaturales o basadas en motivos religiosos. Pues bien, ¿no se está viviendo en la actualidad un retorno de los mitos y del pensamiento mítico? Esta tesis se explica porque los mitos actuales viven en Hollywood o en las Revistas del corazón. La necesidad de explicar la realidad que tenían los griegos era cubierta, antes de la Filosofía, por los mitos de los dioses del Olimpo. En la actualidad, la explicación de la realidad viene de mitos del cine y la televisión. Parece que ahora también sea una novedad -necesaria-, volver al logos.

Quizá se podrá aducir que en la vida privada cada uno puede tener sus valores, creencias o mitos y cada cuál es libre de seguirlos mientras no dañe a otro. La cuestión es que el pensamiento mítico también se extiende a la esfera pública. ¿Podemos vivir gobernados ideas basadas en mitos? ¿Qué hay de mítico en las actuales propuestas políticas? ¿Es necesario volver al logos también en la política?

Es necesaria una cierta distancia ante los mitos, del tipo que sean, que permita su adecuada disección. El análisis filosófico, desde sus inicios, busca explicaciones basadas en la racionalidad. En la actualidad, parece que los mitos hayan vuelto en diferentes campos y se echan de menos enfoques que hagan un análisis racional de la realidad.

Explica Guthrie que “la fascinación perenne ejercida por los milesios radica, precisamente, en el hecho que sus ideas forman un puente entre dos mundos, el del mito y el de la razón.” Los mitos fascinan, pero la Filosofía hace buenas preguntas y busca sus respuestas.